Impacto de las mascotas en la salud mental

Resumen

Las mascotas que los seres humanos han adoptado al paso del tiempo son de diferentes especies y cada una conlleva retos de manutención y cuidados específicos; sin embargo, los beneficios potenciales que pueden aportar en distintos rubros de salud, sobre todo sobre la salud mental, son innegables. Estas propiedades benéficas pueden verse reflejadas en las distintas épocas de la vida, desde la infancia hasta la tercera edad, representando tanto compañía como una interrelación positiva para ambas partes. La investigación sobre este tema es continua y en un futuro cercano se determinarán quizá los beneficios propios de cada especie no solo para la salud mental de los seres humanos, sino para todo su aspecto sanitario. 

Palabras clave: mascotas, salud mental, interrelación, estimulación 

Abstract

The various species of pets that humans have adopted over time come with specific challenges in terms of maintenance and care. However, the potential benefits they offer, particularly in the realm of mental health, are undeniable. These positive effects can be observed throughout various stages of life, from childhood to old age, providing companionship and fostering a mutually beneficial relationship between the pet and its owner. Ongoing research on this topic suggests that, in the near future, we may gain a deeper understanding of the specific benefits each species offers, not only for human mental health but also for overall well-being.

Keywords: pets, mental health, interrelation, stimulation

Introducción 

La conexión entre humanos y animales va más allá de la simple compañía entre ellos. Estudios recientes han señalado que las mascotas causan un impacto significativo sobre la salud mental de sus dueños, ayudándoles a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y promoviendo a la vez un bienestar emocional generalizado.

Existen diversas evidencias científicas acerca del impacto positivo que tiene el acompañamiento con mascotas. Por ejemplo, algunos estudios han encontrado que acariciar a una mascota disminuye las concentraciones de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, y aumenta la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del bienestar”. Esto impacta directamente en beneficio de quienes padecen estrés. 

En el aspecto orgánico, las interacciones breves, como jugar con un perro o un gato, pueden estabilizar la presión arterial y mejorar el estado de ánimo. Se ha señalado también el papel de las mascotas en la prevención de la depresión. Pueden ofrecer una rutina diaria que llega a tener un gran beneficio para las personas en riesgo de depresión. Alimentarlas, pasearlas o simplemente cuidarlas otorga un propósito y estructura el día. Su compañía reduce el sentimiento de soledad, uno de los factores desencadenantes en la mayoría de los trastornos depresivos.

En condiciones crónicas de salud mental anormal, los animales de apoyo emocional han ganado terreno como complemento en el tratamiento de diversos trastornos, como el TEPT (trastorno de estrés postraumático) y los trastornos de ansiedad generalizada. De hecho, los perros de servicio están entrenados para detectar ataques de pánico y brindar tranquilidad a sus dueños.

Beneficios en distintos periodos de la vida 

Infancia

Durante esta etapa, el hecho de interactuar con mascotas fomenta las habilidades sociales, responsabilidad y empatía, al tiempo que reduce la incidencia de ansiedad infantil.

Adultos jóvenes y trabajadores

En adultos sometidos a estrés o a momentos de alta carga laboral, las mascotas actúan como catalizadores para desconectarlos de esta situación y mejorar el balance entre la vida personal y la profesional.

Adultos mayores

Esta fase de la vida, en el que es común el aislamiento social debido a diversos factores, las mascotas son valiosos apoyos que ayudan a combatir la soledad y fomentan la actividad física, reduciendo así el riesgo de depresión y aislamiento.

Estadísticas sobre el tema

Si bien no existen números duros acerca del tema, algunos autores han señalado que el 74% de los dueños de mascotas han informado mejoras significativas en su salud mental desde que adoptaron a sus animales. Un estudio de la Universidad de Washington encontró que interactuar con perros durante 10 minutos puede disminuir las concentraciones de cortisol en un 31%.

En números según la mascota, el 87% de los dueños de perros afirman sentirse más tranquilos después de pasar tiempo con ellos. El ronroneo de un gato puede disminuir la presión arterial hasta en un 15%, según la Asociación Americana del Corazón (2021). Y un 70% de las personas que conviven con aves han informado menos episodios de ansiedad social.

Respecto al soporte emocional y la depresión, en un estudio de la Mental Health Foundation (2021), el 85% de los participantes afirmaron que sus mascotas les ayudaron a sobrellevar el estrés durante la pandemia de Covid-19. En este mismo trabajo, en personas con depresión diagnosticada, el 64% señaló que el contacto diario con sus mascotas les proporcionaba un propósito renovado.

Asimismo, se ha señalado reiteradamente el efecto que causan sobre la prevención de la soledad. Según el National Poll on Healthy Aging (2020), el 88% de los adultos mayores que tienen mascotas afirman que estas ayudan a reducir su sensación de aislamiento. Esto es especialmente relevante en entornos urbanos, en donde el 70% de los dueños de perros informa que las caminatas regulares mejoran sus interacciones sociales.

De igual forma, se ha analizado el apoyo que pueden brindar en pacientes con trastornos mentales crónicos. Por ejemplo, en personas con trastorno por estrés postraumático (TEPT), el 82% indicó que los animales de servicio o apoyo emocional redujeron la frecuencia de episodios de ansiedad grave. Otro estudio publicado en Frontiers in Psychology mostró que los niños con autismo expuestos a la terapia asistida con animales registraron un aumento del 55% en sus habilidades sociales positivas.

En pacientes hospitalizados, las intervenciones con animales han mejorado en un 60% los resultados psicológicos de pacientes pediátricos, incluyendo disminución de la ansiedad prequirúrgica. En el extremo de la edad, en residencias para adultos mayores, la presencia de un perro en sesiones de terapia grupal aumentó en un 45% la participación activa y la comunicación interpersonal. En Estados Unidos, los programas de terapia asistida con animales han demostrado una reducción del 25% en el uso de medicamentos ansiolíticos entre los pacientes participantes.

Cabe señalar que durante la pandemia de Covid-19, la adopción de mascotas aumentó en un 30% a nivel global, destacándose el papel que juegan los animales como soporte emocional en momentos de incertidumbre.

Aplicaciones prácticas en terapia 

La llamada terapia asistida con animales (TAA) incluye actividades estructuradas con mascotas que permiten mejorar aspectos cognitivos, sociales y emocionales. Esto se lleva a cabo sobre todo en programas en hospitales pediátricos o residencias para personas mayores.

Las intervenciones en salud comunitaria pueden consistir en clínicas de bienestar mental que integran animales como parte de sus programas, a fin de generar confianza y reducir barreras entre aquellos pacientes con resistencia al tratamiento convencional.

Diferencias del impacto sobre la salud mental según la especie de mascota 

Cada especie de mascota aporta beneficios únicos a la salud mental debido a sus comportamientos, características y formas de interacción con los humanos. Estas diferencias permiten personalizar la elección de mascota según las necesidades emocionales y el estilo de vida de cada individuo. A continuación se enlistan distintas especies y cómo pueden influir sobre el bienestar psicológico.

Perros

Los llamados “compañeros de vida” destacan por su capacidad de interacción social y emocional profunda con los seres humanos. Como se señaló antes, el simple acto de acariciar a un perro disminuye significativamente las concentraciones de cortisol y eleva las de oxitocina. 

Un estudio realizado en la Universidad de Harvard mostró que los dueños de perros tienen un 33% menos de probabilidades de padecer trastornos relacionados con el estrés. Por otro lado, son motivadores de actividad física; el 65% de los dueños de perros informan que las caminatas regulares con su compañero canino ayudan a regular su estado de ánimo y a aumentar su energía.

Como apoyo social, los perros fomentan conexiones sociales; en un estudio estadounidense, casi el 70% de los dueños de estas mascotas informó haber hecho amigos nuevos gracias a paseos o actividades relacionadas.

Gatos

A estas mascotas se les llama “Los maestros de la tranquilidad”. Los gatos son conocidos por su comportamiento relajante y su capacidad para ofrecer compañía sin exigir demasiada interacción. Como adyuvantes en la ansiedad, se ha señalado que el ronroneo de un gato tiene efectos terapéuticos. Producen vibraciones entre 25 y 150 Hz, un rango que se asocia con la reducción del estrés y la sanación ósea. En un estudio de la Clínica Mayo, el 87% de los dueños de gatos informó sentirse más calmado en presencia de sus felinos.

Los gatos son ideales para personas introvertidas o que necesitan compañía, pero que prefieren relaciones menos demandantes. Su comportamiento autónomo y afectuoso ofrece apoyo sin presiones, lo que es reconfortante para personas con trastornos emocionales como el TEPT o la depresión.

Aves 

Por otra parte, las aves, especialmente los loros y periquitos, proporcionan estimulación cognitiva y emocional. Son conocidas por su capacidad de imitar sonidos y comunicarse, lo que estimula la mente y reduce el aburrimiento. Los propietarios de aves informan sentirse un 70% más comprometidos emocionalmente durante el día debido a las interacciones constantes con sus mascotas. Además de ello, la presencia de aves alegra el entorno; sus colores y cantos generan efectos positivos en personas con depresión leve.

Conejos, cobayos y hurones 

Estos animales son ideales para quienes buscan un equilibrio entre interacción y bajo mantenimiento. Acariciar su pelaje suave ayuda a calmar la ansiedad. Un estudio en niños con autismo mostró que interactuar con conejos redujo los episodios de estrés en un 45%. Son mascotas perfectas para personas que viven en apartamentos o espacios reducidos y desean compañía sin necesidad de salir al exterior.

Peces

Los peces aportan tranquilidad visual y una sensación de orden en el ambiente. Sus dueños los califican como “La paz en movimiento”. Observar el movimiento rítmico de los peces reduce la frecuencia cardiaca y disminuye la presión arterial. Según un estudio publicado en Environment & Behavior, tener un acuario en casa puede reducir el estrés hasta en un 50%. Una pecera con estas mascotas resulta muy adecuada para personas con estilos de vida muy atareados. La tenencia de peces puede requerir bajo mantenimiento y ofrece beneficios emocionales que no requieren mucha interacción directa.

Animales de granja en entornos controlados 

La interacción con caballos, en especial por medio de programas de equinoterapia, mejora la autoestima y la capacidad de control emocional. Es particularmente eficaz en personas con TEPT o discapacidades físicas. En un estudio de Frontiers in Psychology (2023), el 78% de los participantes en equinoterapia informaron percibir mejoras en su estado de ánimo tras un programa de 12 semanas.

Las gallinas y cabras, en granjas llamadas “terapéuticas”, brindan una sensación de conexión con la naturaleza y son utilizados en terapias de rehabilitación para adultos mayores o personas con enfermedades neurodegenerativas.

El cuadro 1 presenta distintos tipos de mascotas y su función sobre distintas necesidades psicológicas del ser humano.

NecesidadMascota ideal
Reducción del estrés inmediatoPerros, gatos, peces
Estimulación cognitivaAves, hurones, perros
Apoyo en depresión crónicaGatos, caballos, perros
Tranquilidad visualPeces, aves
Interacción socialPerros, caballos
Cuadro 1. Comparativa por necesidades.

Desafíos y algunas consideraciones 

Hay algunas consideraciones a tomar en cuenta al tener una mascota, como la responsabilidad a largo plazo que conlleva la decisión de adoptarla. Aunque los beneficios son claros, tener una mascota implica compromisos económicos y de tiempo, lo que puede ser una fuente adicional de estrés si esto no se planifica en forma adecuada.

Por otro lado, hay casos dramáticos relacionados con el duelo por la muerte de una mascota. La pérdida de este ser querido puede ser devastadora y puede requerir un apoyo adecuado y profesional para quienes enfrentan este suceso. Muchas familias sufren la pérdida de una mascota con la misma intensidad con la que se pierde un familiar.

Perspectivas futuras 

La investigación en esta área sigue creciendo, con estudios enfocados en cómo diferentes especies pueden tener impactos variados en la salud mental. Además, se está explorando cómo diseñar programas de terapia accesibles con animales, especialmente en contextos urbanos o en poblaciones vulnerables.

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