Características reproductivas de la perra

MVZ MPA José Luis Cerbón Gutiérrez

MVZ MPA Juan Alberto Balcázar Sánchez

Introducción

La reproducción es un proceso biológico fundamental en la vida de los seres vivos y, en el caso de las perras, presenta características únicas y fascinantes. La perra, como hembra de la especie canina, posee un sistema reproductivo único y complejo que desempeña un papel crucial en la perpetuación de la especie. Conocer las características reproductivas de la perra es fundamental para entender su biología y necesidades, especialmente para aquellas personas involucradas en la crianza y cuidado de estos animales. Para iniciar, la perra, a diferencia de las hembras de otras especies domésticas, posee características particulares en su ciclo estral; por ejemplo, es clasificada como monoéstrica (fig. 1) y el anestro es considerado como parte del ciclo estral. Otra diferencia es en la producción de progesterona, ya que la síntesis y liberación inicia de forma anticipada (luteinización preovulatoria) en el proestro. La ovulación es espontánea con ovocitos primarios y sucede cuando las concentraciones de estradiol disminuyen y la progesterona va en aumento. Posteriormente, durante la etapa de diestro (se considera como una fase lútea prolongada con luteólisis progresiva); la producción de progesterona es similar a la de una gestación. 

Figura 1. Hembra dachshund monoéstrica .

Con respecto a la presentación de la pubertad y su celo, las perras presenten un celo cada 6 meses con variaciones de 4 y 12 meses. Esta etapa no está condicionada por factores ambientales como podría ser el fotoperiodo. Con respecto a la pubertad, se estima que inicie entre los 6 y 24 meses, presentándose de forma más temprana en las razas de talla pequeña en comparación con las razas.

gigantes, en las que puede retrasarse. Un aspecto importante es que pubertad no es sinónimo de madurez sexual, ya que la madurez se alcanzará cuando la tasa ovulatoria adquiere su pico máximo, que en promedio ocurre hasta que la hembra presenta su tercer o cuarto celo.

En este documento se presentarán las características de las etapas del ciclo estral de la perra, destacando su importancia y peculiaridades. En posteriores entregas exploraremos las características reproductivas de las perras, incluyendo métodos para determinar el estro y la ovulación, gestación, parto, lactancia y fertilidad, con el fin de comprender mejor su biología y necesidades reproductivas.

Control endocrino del ciclo estral

Generalidades 

Como ya se mencionó, el primer celo aparece en las perras entre los 6 y los 12 meses de edad y experimentan un nuevo ciclo ovárico (dependiendo de la raza, talla, nutrición, genética, etc.) cada 6 o 12 meses, aproximadamente. Sin embargo, el intervalo interestros (periodo transcurrido desde el final del estro hasta el comienzo del siguiente estro) puede variar desde los 3.5 meses hasta los 13 meses, a excepción de algunas razas, como son el Basenji y el Dingo australiano, que ciclan de forma rutinaria cada 12 meses. Algunas hembras, cuando tienen entre los 2 y los 6 años, son relativamente constantes tanto en la duración de su ciclo como en el intervalo entre ellos. A partir de los 7 años, una vez pasada la edad reproductiva óptima, es probable que sucedan múltiples modificaciones, como un incremento progresivo del intervalo interestros.

Hay que recordar que el ciclo estral está integrado por cuatro fases: proestro, estro, diestro y anestro, siendo los primeros dos los que conforman la fase folicular y el diestro el que conforma la fase lútea, mientras que el anestro es la fase con menor actividad ovárica (fig. 2).

Figura 2. Etapas y endocrinología del ciclo estral de la perra. (Elaborada por el MVZ José Antonio Solano García y la Dra. Lucía Rangel).

No se considera la etapa de metaestro dentro del ciclo estral de la perra, ya que las manifestaciones típicas de esta etapa, como son la formación de cuerpos hemorrágicos junto con la disminución de estrógenos y el inicio de la luteinización de cuerpos lúteos, se comentarán más adelante. 

Proestro

Actualmente no hay información científica que nos indique qué factores o eventos son los que se activan o se inhiben para que la perra inicie un desarrollo folicular. Pero una vez iniciado este desarrollo, se considera que ha comenzado un proestro (duración en promedio entre 3 y 20 días) y el único indicador clínico para identificarlo es que la hembra presenta una edematización de la vulva y una secreción serosanguinolenta. 

Es bien sabido que para que comience el proestro es necesario el desarrollo de los folículos ováricos, lo cual sucede debido al incremento de las concentraciones de hormona foliculoestimulante (FSH). Los folículos ováricos en crecimiento comienzan a producir estrógenos (el más importante es el 17-β estradiol) e inhibina. Los estrógenos ocasionan una retroalimentación positiva con la hormona luteinizante (LH), la cual comienza a producirse y secretarse de forma pulsátil con mayor frecuencia y amplitud. Con forme avanza el proestro y los folículos crecen más por efecto de la FSH, la concentración sérica de los estrógenos aumenta de forma gradual hasta incrementarse de forma abrupta (+60 a 70 pg/mL), justo antes del pico preovulatorio de LH y posteriormente disminuyen su concentración de forma inmediata. Este evento endocrino de una secreción anticipada de LH ocasiona que los folículos ováricos inicien un proceso de luteinización anticipada antes de que se dé la ovulación, por lo que la progesterona comienza a ser secretada en pequeñas cantidades por los folículos ováricos cada vez más luteinizados (concentración basal < 0.5 ng/mL) durante casi todo el proestro. Debido a esto, se considera que el proestro termina cuando la concentración de progesterona se eleva por encima de 1 ng/mL en las últimas 24 a 72 horas de esta etapa, coincidiendo con la disminución de la concentración de estrógenos en sangre, iniciando la siguiente etapa del ciclo. 

Para que la perra muestre actividad reproductiva es necesaria la combinación plasmática de reducción de la concentración de estrógenos y el incremento de la progesterona. Durante esta etapa de proestro, los estrógenos son responsables de la edematización de la vulva, por lo que se observa un aumento de tamaño. Las células epiteliales de la vagina proliferan y maduran, provocando así un aumento de capas celulares y de la secreción serosanguinolenta que se observa a través de la vulva.

Durante esta etapa inicia la atracción hacia los machos y la receptividad a la cópula aumenta de manera gradual.

Estro 

El estro tiene una duración promedio de 3 a 20 días. Se caracteriza porque la perra acepta la monta del macho e incluso algunas hembras desvían la cola hacia a un lado para permitir la penetración. Los signos clínicos de edema vulvar y secreción serosanguinolenta continúan, disminuyendo hacia el final de esta etapa, lo cual ocurre generalmente cuando la perra no permite más la cópula. 

Como se mencionó, al final del proestro las concentraciones séricas de estrógenos van disminuyendo y las células del folículo ovárico se luteinizan (previo a la ovulación) y comienzan a secretar progesterona por encima de las concentraciones basales (> 1 ng/mL) dando inicio así a la etapa de estro. Aunado a esto se presenta la liberación de un gran pico de hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), que inducirá la secreción del pico preovulatorio de LH, ocurriendo la ovulación entre las 24 y 48 horas; se han determinado concentraciones de progesterona en un rango de 4 a 10 ng/mL. Consecuentemente, se da el desarrollo de cuerpos lúteos funcionales, aumentando la producción de progesterona durante el estro.

La perra ovula un ovocito inmaduro (primario) (fig. 3), el cual sufre meiosis durante su transporte en el oviducto; 48 a 72 horas después ha madurado, teniendo vida fértil de 2 a 4 días, aproximadamente, periodo durante el cual puede producirse la fertilización.

Figura 3. Ovocito primario de la perra doméstica

Cabe hacer mención que el comportamiento de aceptación a la cópula por parte de la perra, el cual las personas asumen que es cuando se realiza la fertilización de los ovocitos y es considerado como el periodo de fertilidad durante el estro, no siempre coincide con el pico preovulatorio de LH. Por lo tanto, no existen fertilizaciones y es cuando se deben consideren otras alternativas para predecir el momento que la perra este ovulando.

Diestro 

Esta etapa tiene una duración de 80 a 100 días en perras vacías; en perras gestantes dura aproximadamente 63 +/- 5 días. Se caracteriza porque el cuerpo lúteo se encuentra en su máxima actividad secretora de progesterona a partir de 20 a 30 días después de la ovulación, alcanzando concentraciones de entre 15 y 90 ng/mL. La producción de progesterona depende de la secreción pulsátil de LH y de prolactina, y la progesterona mantiene una meseta durante todo el diestro. La lisis del cuerpo lúteo se da por muerte celular programada (apoptosis) en perras no gestantes y comienza a disminuir gradualmente la concentración hasta cifras basales (<1 ng/mL), concluyendo así el diestro. En hembras gestantes, los cuerpos lúteos mantienen la secreción de progesterona durante 63 días en promedio, hasta que se produce la liberación pulsátil de prostaglandina F2α cerca del momento del parto para provocar la luteólisis.

Durante el diestro, la vulva regresa a su tamaño normal, no hay secreción serosanguinolenta y la hembra muestra rechazo a la cópula.

Anestro 

La duración del anestro oscila entre 4 y 10 meses en perras vacías, sin evidencia de actividad ovárica (desarrollo de folículos o de ovulaciones) y ausencia de signos clínicos que permitan distinguir entre el final del diestro y el inicio del anestro. Esta etapa se considera como de preparación del útero para el siguiente ciclo; no hay signos clínicos característicos ni conducta sexual. La vulva se encuentra de tamaño normal y no hay presencia de secreción serosanguinolenta. En una hembra gestante, comienza con el parto y termina con el inicio del proestro.

A nivel endocrino, al final de esta etapa se da un aumento en la secreción pulsátil de LH y FSH, lo que provoca el reclutamiento de los folículos para el siguiente ciclo. Los estrógenos se encuentran en concentraciones basales (2 a 10 pg/mL) y la progesterona mantiene concentraciones menores a 1 ng/mL durante toda la etapa.

Literatura recomendada

Aguilar J et al. Urología y enfermedades reproductivas. En: Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (ed.). Módulo 6 Diplomado en Medicina Cirugía y Zootecnia en Perros y Gatos, 8ª edición. México: UNAM, 2011.

Boeta M et al. Fisiología reproductiva de los animales domésticos. México: UNAM, 2018.

Couto G, Nelson WR. Medicina Interna de pequeños animales, 4ª edición. Barcelona España: Elsevier, 2010.

Feldman E, Nelson R. Endocrinología y reproducción canina y felina, 3ª edición. Buenos Aires: Intermédica, 2007.

Wanke M, Gobello C. Reproducción en caninos y felinos domésticos. Buenos Aires: Intermédica, 2006.

Leave a reply