Avances en el conocimiento del tumor venéreo transmisible

pMVZ Paloma Berenice Díaz Ortiz

Dr. Marco Antonio De Paz Campos

Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Hospital de Pequeñas Especies

Resumen

El tumor venéreo transmisible canino (TVTC) es recurrente en la práctica médica en nuestro país, por lo que es necesario realizar actualizaciones sobre los aspectos más relevantes de esta neoplasia. A continuación se presenta una revisión de la fisiopatología y alternativas al tratamiento, debido a la creciente resistencia a los quimioterapéuticos convencionales, tales como el sulfato de vincristina.

Palabras clave: tumor venéreo transmisible canino, fisiopatología, alternativas terapéuticas

Abstract

The canine transmissible venereal tumor (CTVT) is recurrent in medical practice in our country, so it is necessary to provide updates on the most relevant aspects of this neoplasia. Below is a review of the physiopathology and treatment alternatives, due to the increasing resistance to conventional chemotherapeutics, such as vincristine sulfate.

Keywords: canine transmissible venereal tumor, patophysiology, treatment alternatives

Introducción

El tumor venéreo transmisible canino (TVTC), también conocido como sarcoma venéreo transmisible o sarcoma de Sticker, es un tumor contagioso que ocurre comúnmente en perros.1 Su transmisión es un ejemplo típico de aloinjerto natural de células exfoliadas entre un individuo infectado, sembradas en uno sano.2

La enfermedad surgió hace unos 11,000 años en los lobos3 o en una de los razas antiguas de perros,4 que muy probablemente tenían baja variación genética, por lo tanto, el TVT se considera la más antigua línea celular somática conocida.3-5 El registro más antiguo conocido de TVTC es de Londres en 1810, donde fue señalado como uno de los dos únicos cánceres que se sabe que afectan a los perros.6

Epidemiología

La epidemiología del TVT sugiere que no hay sesgo sexual6 ni barrera racial.4,7,8 Muchos cánidos, incluidos perros, lobos, zorros y coyotes, pueden infectarse;9,10 sin embargo, no hay pruebas de transferencia entre especies distantes, ya que la inoculación en ratas, ratones, hámsteres y gatos no ha tenido éxito.11,12

Etiología

El tumor venéreo transmisible se clasifica morfológicamente como tumor de células redondas, aunque el origen exacto de las células es desconocido; los estudios inmunohistoquímicos sugieren un origen histiocítico y mesenquimatoso. La presencia de cuerpos de inclusión en el citoplasma de la célula tumoral ha dado lugar a la sospecha de un agente viral involucrado.13-15

Citológicamente, las células de TVT son redondas u ovaladas, de 14 a 30 μm de diámetro, con citoplasma de color azul pálido, que está claramente vacuolado, con una relativamente alta relación nuclear:citoplasmática. Las células también contienen cromatina densa, nucléolos visibles y numerosas estructuras mitóticas, incluyendo anisocitosis y anisocariosis.14,16

Presentación clínica

Las presentaciones clínicas para TVT son masas visibles parecidas a coliflores en el área de los genitales o en la superficie de la piel con presencia de sangre, secreción, deformación ocular o nasal por invasión tumoral.17,18

Se ha diagnosticado también en zonas extragenitales como la piel, cara, vías nasales, cavidad bucal e interior y contorno de los ojos; también se ha encontrado en el bazo, hígado, cerebro y pulmones,17,19 lo que indica su capacidad de generar metástasis.2

Clínicamente encontraremos masas con apariencia de coliflor, pero también pueden manifestarse como placas y tejido necrótico (gris) y pueden ser friables. El animal puede tener secreción serosanguinolenta, vulvar y deformidades prepuciales debido a la destrucción del tejido, olor intenso, ulceración y picazón en el área afectada, alteración del comportamiento, agresión y en casos graves, retención urinaria.14,20,21

Fisiopatología

A diferencia de los perros que tienen 78 cromosomas, las células de TVT tienen anomalías en el número de cromosomas que oscilan entre 57 y 64, con 59 en promedio. Es el único ejemplo probado de un tumor de ocurrencia natural que se transmite como aloinjerto por trasplante de célula, para posteriormente volverse autónomo de su portador original.15,22 El coito se considera una vía importante de transmisión. Además, otros comportamientos sociales de los perros, como lamer y oler, pueden promover la transmisión.23,24

El trasplante se produce cuando las células tumorales del huésped pierden la capacidad de expresar moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) clase I y II, permitiendo la transposición del tejido a un animal sano por contacto entre piel y/o membranas mucosas dañadas. Las características del coito canino permiten abrasiones por contacto prolongado en las membranas mucosas genitales, favoreciendo la transmisión eficiente. Una vez que un tumor se establece, puede comenzar su proliferación al llegar a nuevas localizaciones, lo que eventualmente se convierte en metástasis.16,25-27

El tumor comienza a diseminarse entre 15 y 60 días después de la implantación. Los tumores venéreos transmisibles pueden crecer lenta e inexorablemente durante años, o pueden ser invasivos y a la larga volverse malignos y propagarse.28

Diagnóstico

El diagnóstico se basa principalmente en la anamnesis, hallazgos clínicos, citología e histopatología. En comparación con otros tumores de células redondas, el TVT tiene una apariencia microscópica específica para diagnosticar. La inmunohistoquímica se puede utilizar para diferenciar esta neoplasia de otros tumores de células redondas.15,29,30

El pronóstico para la remisión total es bueno, a menos que haya afectación metastásica del sistema nervioso central u ojo. El TVT es antigénico en el perro y el curso de la enfermedad está marcadamente influenciado por el estado inmunológico. En perros adultos sanos e inmunocompetentes, el tumor remite de forma espontánea después de un periodo de crecimiento logarítmico y el desarrollo de la inmunidad tumoral previene la aparición sucesiva.26

Tratamiento y resistencia

El tumor venéreo transmisible ha sido tratado con una variedad de procedimientos, incluyendo cirugía, radioterapia, inmunoterapia, bioterapia y quimioterapia (cuadro 1). La quimioterapia ha demostrado ser el tratamiento más exitoso y práctico, siendo el sulfato de vincristina (VCR) el medicamento comúnmente prescrito; sin embargo, cada vez se han reportado más casos de resistencia al sulfato de vincristina, por lo que resulta necesario buscar alternativas.31

El intervalo promedio para el tratamiento con VCR es de aproximadamente 4 a 8 aplicaciones o aproximadamente de 3 a 5 semanas.24,32,33 Si no se logra la regresión después de 6 semanas de inyección, tales casos se clasifican como casos resistentes a vincristina.34

La resistencia a los quimioterapéuticos es un fenómeno multifactorial que puede ser conferido por diversos mecanismos celulares, relacionados con defectos en la regulación de la apoptosis, aumento de la desintoxicación intracelular, alteraciones en los sistemas de reparación del ADN y la activación o sobreexpresión de moléculas como la glicoproteína P.35

El aumento progresivo de TVT con porcentajes altos de agresividad y respuesta variable a la quimioterapia, incluida la resistencia, se debe parcialmente a la alta expresión de la glicoproteína P (Pgp) por las células tumorales, lo que conduce a la expulsión del fármaco quimioterapéutico.27,35-37

La Pgp, también conocida como ABCB1, es producida por el gen MDR-127 y se expresa en diferentes tejidos; por ejemplo, en el tejido canceroso, la expresión de Pgp suele ser más alta en tumores que se derivan de tejidos que normalmente expresan Pgp, como las células epiteliales del colon, riñón, suprarrenales, páncreas e hígado, lo que genera potencial de resistencia a algunos agentes citotóxicos, aun sin haber tenido contacto con el fármaco. En otros tumores, la expresión de Pgp puede ser baja en el momento del diagnóstico, pero aumenta después de la exposición a agentes quimioterapéuticos, lo que resulta en el desarrollo de MDR en esas células.38

La sobreexpresión de Pgp no sólo induce a una multirresistencia,39 reduciendo la concentración intracelular del fármaco a niveles no letales,40-42 también parece desempeñar un papel en la prevención de la apoptosis temprana en células tumorales.27,43

Múltiples reportes señalan el uso de sulfato de vincristina en combinación con otros fármacos, los cuales han dado resultados efectivos. Bulhosa et al., en 2020, reportaron del uso de sulfato de vincristina en combinación con ivermectina, ya que esta última puede revertir la resistencia al inhibir la producción de la glicoproteína p. En el caso reportado hubo remisión tumoral sin potenciar las reacciones adversas del tratamiento convencional, además de que el tratamiento tardó 1 semana menos que el grupo tratado solamente con vincristina.

Por otro lado, Setthawongsin et al.,44 reportan el uso de vincristina en combinación con L-asparaginasa, el cual obtuvo resultados favorables, regresión completa y reducción del tiempo del tratamiento, lo que puede reducir la posibilidad de que el paciente desarrolle resistencia al quimioterapéutico. Debido a que L-asparaginasa puede causar hipersensibilidad y pancreatitis en el perro, se aplicó una dosis baja, además de optar por la administración subcutánea en vez de la vía intravenosa.

Uno de los principales quimioterapéuticos usados como alternativa al sulfato de vincristina es doxorrubicina. Este antibiótico antitumoral usado para tratar linfoma, osteosarcoma y carcinoma ha tenido resultados beneficiosos para el tratamiento del tumor venéreo transmisible; sin embargo, se debe tomar en cuenta que las dosis repetidas de doxorrubicina pueden provocar cardiotoxicidad. Calvert et al.45 informan sobre un caso de resistencia a vincristina, con remisión completa después de la administración de 30 mg/m2 de doxorrubicina (IV) tres veces por semana, aunque hay otros autores, como Çizmeci et al.46 que la utilizaron a la misma dosis pero cada 21 días por cinco ciclos, obteniendo la remisión de igual manera.

Decuadro et al.47 reportan un caso de una paciente canina con resistencia a vincristina, la cual no pudo ser tratada con doxorrubicina debido a que estaba contraindicado de acuerdo con su ecocardiografía. Por ello se decidió iniciar con lomustina a dosis de 60 mg/m2, tres dosis cada 3 semanas por vía oral con lo que se obtuvo la reducción del tumor desde la primera dosis, no hubo efectos secundarios y la paciente estuvo libre de tumor por 24 meses. Souza et al.48 reportan más casos de éxito con el uso de lomustina en pacientes con TVT.

A pesar de que algunos autores no recomiendan el tratamiento quirúrgico debido a la alta probabilidad de contaminación del sitio quirúrgico con células de TVT, aumentando el riesgo de recurrencia, otros reportan que la cirugía puede ser eficaz cuando el TVT se encuentra en estadio I, cuando el nódulo tumoral es pequeño, el sitio es de fácil acceso y no invasivo.20,49 Además, se recomienda que se trate con quimioterapia posterior a la cirugía.

Por otro lado, ha habido un resurgimiento del interés científico en el desarrollo de terapias contra el cáncer basadas en virus. Bhat et al.50 reportan un estudio en el que se pretende demostrar el efecto oncolítico de gen del parvovirus canino ns1 y del virus de la anemia del pollo, específicamente en pacientes con TVT. Obteniendo como resultado una reducción moderada del tumor que se detenía entre los días 10 y 14 de terapia génica. Por ello se concluye que la terapia génica oncolítica puede actuar para contener la progresión del cáncer y que de esta forma el sistema inmunológico pueda actuar contra las células tumorales existentes.

Por último, encontramos la inmunoterapia para el tratamiento del TVT. Ramos et al.51 reportan un estudio en el cual se utilizó inmunoterapia basada en células dendríticas pulsadas por exosomas derivados de TVTC, el cual demostró potencial para eliminar el TVT. Por otro lado, Otter et al.52 reportan un estudio en el que se tenía como objetivo establecer el efecto terapéutico del tratamiento intratumoral con vincristina e interleucina-2 (IL2), en los cuales hubo pacientes con remisión completa, algunos otros con regresión parcial o enfermedad estable y una minoría con enfermedad progresiva. Sin embargo, posterior al tratamiento y 45 a 60 meses desde la primera presentación del tumor, se reporta que cinco de los pacientes seguían vivos, sanos y sin recurrencia del tumor.

Conclusión

Por muchos años se ha utilizado el sulfato de vincristina como el quimioterapéutico de primera elección; sin embargo, se debe buscar la forma de reducir los efectos secundarios, costos y sesiones de quimioterapia. Además, se han presentado casos de resistencia a este quimioterapéutico, por lo que es necesario buscar alternativas o fármacos que complementen el tratamiento.

Cada uno de los tratamientos anteriormente presentados tiene ventajas y desventajas; sin embargo, el tratamiento debe adecuarse al paciente, los signos clínicos, historia clínica, la gravedad del tumor, la comorbilidad y la progresión de la enfermedad. Además de un punto clave para el tratamiento de los pacientes: el tutor, el cual debe estar informado sobre el pronóstico, el costo, y los riesgos del tratamiento.

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