El veterinario como emprendedor: entrevista con el MVZ Ernesto Ávila

Hoy estamos con el Dr. Ernesto Ávila, Director General de la Clínica Veterinaria del Bosque, quien nos hace favor de recibirnos para hablarnos un poco de lo que implica tener una clínica o un hospital veterinario y todo lo que viene detrás de ello. Doctor buenos días.

Dr. Ávila: Hola, ¿qué tal? Les agradezco enormemente la oportunidad de poder platicar. A través de ustedes, logro mantener la comunicación con mis colegas, lo cual es una verdadera maravilla. Quiero aprovechar esta ocasión para abordar un tema que mencionaste durante la presentación: explorar lo que se encuentra detrás de manejar una clínica veterinaria. Es evidente que hoy en día, la responsabilidad que recae sobre nosotros es enorme, impulsada por una multitud de factores. Es indiscutible que la única constante es el cambio, y la medicina veterinaria no ha sido una excepción a lo largo de los años.

Permíteme resumirte de manera concisa, ya que mucha gente no está al tanto de este dato histórico: La primera escuela de medicina veterinaria en América fue establecida en México el 17 de agosto de 1853. Fue Antonio López de Santana quien inauguró esta institución bajo el nombre de “Escuela de Agronomía y Veterinaria”. No fue hasta el 11 de abril de 1916, durante la época de Venustiano Carranza y en pleno periodo revolucionario, cuando se le otorgó el nombre oficial de “Escuela Nacional de Medicina Veterinaria”. La escuela tuvo sus inicios en San Jacinto, en la avenida Toluca, justo en frente del Colegio Militar en Tacuba. A lo largo del tiempo, este recinto ha experimentado diversas transformaciones, sirviendo en ocasiones como secundaria pública y cuartel carrancista, entre otras funciones. No obstante, su importancia radica en que aquí se estableció la primera escuela de medicina veterinaria, aunque más tarde fue trasladada a Xochimilco.

En Xochimilco, concretamente en 1933, se estableció la escuela de medicina veterinaria, y en 1943 marcó el inicio de Ciudad Universitaria. En 1952, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) incorporó a la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia, posteriormente convertida en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Esta facultad no solo fue la primera en México, sino en todo el continente americano.

En 1968, surgió la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE). Entre los fundadores de esta asociación se destacan el doctor Isidro Castro Mendoza, el doctor Ignacio Valdés Cabañas, el doctor Leonel Pérez Villanueva y el doctor Carlos García Alcaraz, entre otros nombres relevantes. Fue gracias a estos médicos que se abrió paso a esta nueva aventura, estableciendo el campo de la especialización en un momento en que aún no existía en gran medida.

Con el tiempo, en Ciudad Universitaria, se implementó la especialidad de medicina y cirugía de perros y gatos. Actualmente, estamos siendo testigos de cambios significativos en la medicina veterinaria, con la aparición de subespecialidades como oncología, oftalmología, ortopedia y cirugía de tejidos blandos, entre otras áreas.

Es importante resaltar que la evolución continúa y la asociación de más reciente formación es la Asociación Mexicana de Hospitales Veterinarios. Esta surgió como respuesta a la pandemia del COVID-19, que comenzó en febrero de 2020. En esos últimos días de febrero, el escenario de la pandemia generó una inmensa incertidumbre en múltiples aspectos. Por un lado, no teníamos certeza sobre si debíamos cerrar por completo o simplemente atender emergencias. Los equipos se encontraban sumamente nerviosos y se planteaban cuestiones sobre si cerraríamos por completo o si sería más adecuado dividir al equipo. En ese contexto, algunos de los directores de los nueve primeros hospitales comenzamos a comunicarnos y pronto nos dimos cuenta de que compartíamos problemas comunes

Estos iban desde la gestión de equipos y recursos humanos hasta la adquisición de suministros esenciales como gel desinfectante y caretas. A partir de esta coyuntura, los nueve integrantes del chat de WhatsApp decidimos formar la Asociación Mexicana de Hospitales Veterinarios. En la actualidad, la asociación cuenta con alrededor de 210 hospitales afiliados a nivel nacional, englobando a cerca de 2,700 médicos veterinarios.

Tiene una serie de peculiaridades, sabemos que no están todos los que son ni son todos los que están; se requerirán algunos refinamientos a medida que avancemos. Se han incluido capacitaciones y certificaciones, como vemos con el Programa de Certificación Veterinaria (Procervet). Una característica de los hospitales de esta asociación es que su personal esté certificado en la manipulación de equipos de ultrasonido, laboratorio, cirugía, nutrición, entre otros campos. Nuestro enfoque es elevar los estándares de calidad, estableciendo un nivel de excelencia que garantice un alto nivel de profesionalismo y competencia. Este enfoque hacia la excelencia es uno de los varios cambios que hemos venido implementando en estos últimos años.

Siguiendo el modelo de la AMMVEPE, que es la Asociación Mexicana de Especialistas en Medicina y Cirugía de Perros y Gatos, que se enfoca en el crecimiento técnico y profesional del gremio, la Asociación Mexicana de Hospitales Veterinarios se encarga del desarrollo empresarial de los establecimientos veterinarios. ¿Por qué esta distinción? Hemos identificado que muchos de los fracasos en el desarrollo de estas clínicas y hospitales no radican en la falta de competencias técnicas entre los médicos veterinarios; pueden ser excelentes cirujanos e internistas, sin embargo, no necesariamente tienen las competencias como emprendedores. Entonces, nuestro enfoque radica en el fortalecimiento de habilidades de gestión.

Observamos áreas cruciales, como la fiscal, que requieren atención. Reconocemos que, en nuestro gremio, la evasión fiscal ha sido un problema común. Sin embargo, nuestra intención es cambiar este paradigma hacia una perspectiva de creatividad fiscal. Nuestro objetivo es aprovechar al máximo las leyes fiscales, cumplir rigurosamente con ellas, evitar la interconexión entre las finanzas personales y empresariales, y lograr deducciones impositivas oportunas y legales. Buscamos enseñarle a nuestros colegas la importancia de documentar todas las adquisiciones mediante facturas, lo que permitirá maximizar las deducciones. Además, trabajamos para que los pasivos generen beneficios. Un ejemplo concreto son los edificios en construcción que acabas de ver, estas inversiones, aunque requerirán amortización, también contribuirán a reducir la carga tributaria.

Estás contribuyendo a la generación de riqueza, la creación de empleos y el pago ordenado de impuestos en un proceso de crecimiento ordenado y estratégico. Un aspecto adicional que estamos enfocados en cambiar es la situación de los recursos humanos. Quiero subrayar que la profesión de médico veterinario se encuentra entre las profesiones con mayor tasa de suicidios, no solo en México, sino a nivel mundial. Las causas son diversas. En primer lugar, nuestras jornadas laborales son extensas. Personalmente, mi horario laboral es estrictamente de 48 horas por semana, y hemos trabajado para mantenerlo en ese rango.

En segundo lugar, el tema de las prestaciones es relevante. En la actualidad, aquellos que laboran en empresas o corporaciones multinacionales tienen la expectativa de recibir beneficios como seguro social, Infonavit y vacaciones remuneradas, entre otros. No obstante, en el ámbito de la medicina veterinaria, este proceso apenas comienza a cambiar. Durante mucho tiempo, la contratación se basaba en contratar a conocidos, amigos o colegas, con acuerdos informales y salarios no declarados. Esto, sin duda, es un error. Estamos enfocados en fomentar la creación de empleos dignos y bien remunerados. Otra de las cuestiones que debemos abordar es la remuneración insuficiente en esta profesión en términos generales. Esta problemática provoca que los médicos veterinarios trabajen jornadas extensas sin las prestaciones adecuadas, lo cual genera inseguridad y salarios bajos. Esto, en esencia, es una bomba de tiempo en potencia.

Un ejemplo concreto es la Norma 035, una norma oficial en México de cumplimiento obligatorio. Estamos atentos a las cuestiones de estrés laboral y otros factores, no solo en el ámbito del desarrollo técnico, sino también en lo que respecta al bienestar emocional y al ambiente laboral en general.

Otro de los aspectos que estamos tratando de desarrollar se refiere a la capacitación. Aquí en la Clínica Veterinaria del Bosque, por ejemplo, llevamos a cabo educación continua todos los viernes, con la participación de ponentes de alto nivel que imparten conferencias. Muchos de mis doctores están actualmente inscritos en diplomados y programas de posgrado, apoyados por la clínica, con el fin de mantenerse al día con los avances. La medicina veterinaria está cambiando a una velocidad asombrosa, como mencionamos anteriormente, lo único constante es el cambio.

Hemos transitado desde el modelo de médico veterinario al estilo James Herriot, que atendía a una amplia variedad de animales, como perros, gatos, vacas, cerdos y gallinas. En México, la profesión veterinaria a menudo se encontraba en un limbo entre lo profesional y lo técnico. Actualmente, el médico veterinario es mucho más apreciado. Con el tiempo, pasamos al médico veterinario que se especializaba solo en vacas, cerdos, gallinas o en perros y gatos. Sin embargo, seguían persistiendo ciertas ambigüedades.

Recuerdo cuando era joven, tuve una novia y estaba muy enamorado, pero la madre le decía: “¿Por qué estás con un veterinario? Te vas a morir de hambre”. Afortunadamente terminamos la relación, pero sí, esa es la visión que existía del médico veterinario.

Más adelante, surgió el modelo de la pequeña clínica veterinaria, donde el veterinario asumía un papel similar al de Don Quijote y Sancho Panza, en que muchas ocasiones el mismo veterinario también fungía como peluquero y encargado de la limpieza. Este enfoque, influenciado por el modelo europeo de hace varios años, se mantuvo arraigado, con veterinarios arrendando espacios modestos en plazas y centros comerciales o en locales muy pequeños. A lo largo del tiempo, esta dinámica evolucionó, dando paso a la creación de hospitales veterinarios con múltiples médicos trabajando en diversos esquemas.

Un ejemplo actual es el proyecto que estamos construyendo, un amplio hospital veterinario con la creación de una nueva empresa, una entidad administradora de rentas, con la finalidad de ofrecer espacios profesionales completos, con un personal y una infraestructura adecuada. Esto permitirá a jóvenes subespecialistas tener consultorios y conformar un auténtico espacio de coworking médico veterinario. Aquí, los médicos podrán reservar quirófanos con toda la tecnología, con las mismas NOM de quirófanos de humanos, junto con los anestesistas que estén disponibles, generando una dinámica colaborativa. Esta iniciativa romperá paradigmas, ya que actualmente en México no existe un hospital con un concepto similar.

Nuestro objetivo aquí también es dignificar nuestra profesión. Tomemos como ejemplo al anestesista. En medicina veterinaria, los anestesistas a menudo pasan desapercibidos, son como Juan Gabriel detrás de la palmera, presentes, pero en segundo plano. Cuando se completa una cirugía y entregan al paciente, el cirujano recibe las felicitaciones, mientras que el anestesista tiende a quedar en un segundo plano. Sin embargo, esto está a punto de cambiar. Implementaremos un esquema similar al que se utiliza en la medicina humana, donde tanto el cirujano como el anestesista y el hospital emiten sus propias facturas y recibos de honorarios.

Este cambio marcará un hito, y es la Clínica Veterinaria del Bosque quien liderará esta transformación. ¿Por qué no se ha adoptado un concepto como este anteriormente?

En primer lugar, existen dos razones fundamentales para esta innovación. Número uno, no existe un hospital de este tamaño, con ese número de consultorios, en este caso, 20 consultorios, respaldados por un equipo administrativo que proporciona un soporte financiero completo, incluyendo terminales punto de venta para cada médico. Así, por ejemplo, cuando un cardiólogo realiza sus consultas y electrocardiogramas, al finalizar la cita, las secretarias disponen de terminales punto de venta para transferir directamente los honorarios al médico veterinario, sin pasar por las finanzas dentro de la clínica.

Además del tamaño, el segundo factor es el cambio cultural. Históricamente, muchos veterinarios, como directores o dueños, han tenido una mentalidad de que todo lo generado es exclusivamente suyo. Este nuevo enfoque representa un cambio en esa perspectiva, y creo firmemente que contribuirá significativamente al avance profesional en el campo de la medicina veterinaria.

¿Qué otros cambios se están dando en el mercado? Hoy en día, observamos la entrada de grupos de consolidación. Son diferentes grupos que ya han entrado en Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Inglaterra y otros lugares. Estas empresas llegan con diferentes esquemas: algunas ofrecen adquirir el 75% de tus acciones, mientras que tú te mantienes como socio con el 25% restante. Aquí, algunos aspectos son negociables, permitiendo que puedas decidir si prefieres retener el 25% de tus acciones y colaborar durante 24 meses para garantizar una transición fluida y preparar el siguiente nivel. Luego, se determinará el valor del 25% de tus acciones, y podrás optar por vender o continuar siendo parte, mientras sigues generando rendimientos.

Este esquema está emergiendo en México, y aunque aún no se han realizado adquisiciones, las primeras estarán llegando muy pronto. Los propietarios y accionistas de estos hospitales se encontrarán ante la decisión de vender o competir con estas grandes entidades, respaldadas por el considerable capital que traen consigo. Estos grupos consolidados cuentan con programas de marketing y estructuras bien definidas, lo que añade un nuevo nivel de competencia al escenario.

Han surgido otros cambios recientemente. Quizás estés familiarizado con Dentalia, que ofrecen servicios dentales. Pues de manera similar a lo que ocurre con Dentalia, ahora también ha surgido Vetalia. De hecho, son las mismas dueñas, son dos jóvenes empresarias. Ya abrieron la primera clínica Vetalia en la Condesa, con una inversión de 10 millones de dólares, como parte de un proyecto que contempla la apertura de 50 clínicas veterinarias. En este sentido, algunas personas me han preguntado si estoy preocupado por esta competencia. Mi respuesta es que no estoy preocupado, sino más bien ocupado. Similar al caso de la odontología, donde este fenómeno ya se ha presentado, es muy probable que experimentemos una situación similar.

¿Por qué? Porque Vetalia comenzará desde cero, sin la experiencia y el conocimiento de directores médicos especializados en cómo gestionar clínicas veterinarias. Es posible que estas nuevas clínicas se conviertan en pequeñas células donde la atención no sea tan personalizada como uno desearía. No obstante, es importante reconocer esta situación ya que representan una amenaza en el análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas). Aquí, enfrentamos dos posibilidades: pueden expandir el mercado o influir en nuestro posicionamiento. En última instancia, esto nos invita a reflexionar y a rediseñar nuestras estrategias profesionales.

¿Qué quiero decir con todo esto? Las cosas ya no son como eran hace muchos años. Permíteme compartirte un dato curioso: este hospital, la Clínica Veterinaria del Bosque, comenzó en un cuarto de servicio detrás de un tendedero. Así es como iniciamos la mayoría de los médicos veterinarios, con escasos recursos. Hoy en día, enfrentamos la competencia de gigantes como este, además de otros hospitales de gran envergadura. La situación ya no es como antes, ya no es nada fácil.

Entonces, ¿cuáles podrían ser los hospitales o clínicas veterinarios que logren sobrevivir? Puede que aquellos ubicados en zonas de menor rentabilidad, como áreas populares o pueblos con un desarrollo económico más limitado. A veces nos llevamos sorpresas, encontramos hospitales excepcionalmente bien equipados en áreas inesperadas, como en el oriente. Estamos ante un escenario dinámico y cambiante, y es esencial mantenernos atentos y adaptarnos a estas transformaciones.

En resumen, estos son algunos de los cambios que se están produciendo: se están realizando inversiones no solo en el desarrollo de recursos humanos, sino también en infraestructura y tecnología. Se busca contar con equipos de radiología digital, ultrasonografía y laboratorios clínicos integrados, además de quirófanos que estén perfectamente instalados. Estos avances resultarán atractivos para las autoridades. Anteriormente, éramos prácticamente invisibles para ellas, pero ahora han reconocido el atractivo de este mercado y están tomando medidas para regularlo de manera más efectiva.

Hace unos años, era bastante común encontrar clínicas veterinarias operando sin la presencia de médicos veterinarios con cédula profesional. Es decir, había veterinarios, pero no necesariamente con la certificación adecuada. Sin embargo, con el tiempo, esta dinámica cambió. No fue tanto por regulaciones impuestas, sino más bien por las demandas del propio mercado. Los clientes empezaron a exigir cada vez más la presencia de médicos veterinarios certificados, lo que llevó a un cambio gradual en la industria.

En la actualidad, podemos observar algunos datos interesantes. Permíteme proporcionarte un par de ejemplos. En cuanto al mercado de alimentos para mascotas, en México se alcanzó un valor de 59 mil millones de pesos, con un crecimiento del 6% en volumen y un 8% en valor. Por otro lado, el mercado de medicamentos veterinarios supera los 2,700 millones de pesos anuales. Dentro de este contexto, el 41% corresponde a desparasitantes, el 19% a productos biológicos como vacunas, y el resto se compone de tratamientos terapéuticos. Estos datos evidencian un cambio significativo en el mercado. Se ha vuelto mucho más atractivo en comparación con años anteriores.

En esta perspectiva, el papel del médico veterinario está evolucionando. No solo debe enfocarse en profesionalizarse, sino que también debe adoptar el papel de empresario de manera inevitable, ¿verdad?

Dr. Ávila: Mira, se vale ser emprendedor y ser emprendedor no es para cualquiera ¿vale? Ser emprendedor es más que una simple elección, es una filosofía de vida. Ser un generador de empleo y asumir la responsabilidad de la toma de decisiones son aspectos fundamentales. Aquí es donde entra en juego la importancia de definir una estrategia, ya sea emprendiendo en solitario o en sociedad. Al respecto, es crucial seleccionar socios adecuados, considerando más que solo su capacidad intelectual o si trabajan mucho. Además de tener capital, deben tener honorabilidad. La relación entre socios debe ser mutuamente beneficiosa y transparente; hay quienes lo comparan con un matrimonio, pero yo digo que va más allá. Asociarse es como si estuvieras compartiendo un pequeño submarino para dar la vuelta al mundo juntos. Por tanto, debes establecer claramente las contribuciones y responsabilidades de cada uno, además de definir quién tomará decisiones en qué áreas.

En mi experiencia, he observado a grandes médicos veterinarios, líderes de opinión, exitosos empresarios que cuando se asocian terminan peleándose a muerte porque no establecieron de antemano las responsabilidades y funciones de cada uno. Este aspecto puede ser un factor determinante en el éxito o fracaso de la sociedad.

Otro punto por considerar es la independencia y el emprendimiento. Al emprender, es común pensar que se tendrá más libertad y equilibrio en la vida personal. Sin embargo, en los primeros años de una empresa, el balance es difícil de alcanzar. Los emprendedores suelen trabajar largas jornadas y sacrificar tiempo para vacaciones o momentos en pareja. Por eso, es esencial contar con un apoyo emocional sólido, ya sea de pareja o familia. Su respaldo es crucial para sobrellevar el estrés inherente a la vida de un emprendedor. En este sentido, la toma de decisiones debe ser un proceso conjunto. Si tienes una vida en pareja, es fundamental que estén en sintonía con las decisiones empresariales. Esta alineación contribuye a la estabilidad emocional del emprendedor y es de vital importancia dada la naturaleza estresante de la profesión, porque acabas trabajando de 10 a 12 horas al día.

Finalmente, emprender requiere un plan estratégico minucioso y bien desarrollado. Antes, solíamos sufrir del “síndrome de Juan Escutia”, en que nos subíamos a lo más alto, nos envolvíamos en la bandera y nos tirábamos sin una estrategia clara. Aunque estos actos valientes nos han llevado a donde estamos, es crucial ahora diseñar un plan de negocios sólido. Esto abarca desde la estructura legal (¿persona física o moral?), nombre comercial y legal, representante legal, sin importar el tamaño de la clínica. Debes contar con un detallado plan de marketing que no solo involucre publicidad, sino también aspectos de precio, producto, plaza y promoción. La estrategia de precio es especialmente crucial: decidir si competir con precios bajos para atraer clientes o buscar márgenes más altos; existe la tentación de cobrar poco para no perder clientes, pero hay que tomar en cuenta que puede resultar contraproducente, porque vas a tener muchas consultas, y por tanto muchas responsabilidades, pero con muy poca utilidad. En cualquier caso, la rentabilidad y la gestión financiera deben ser prioridades constantes.

Pasemos al producto, el producto eres tú. El producto es el servicio y el alma del marketing está en la diferenciación: ¿qué te hace único y por qué los clientes deberían elegirte a ti? Debes idear estrategias para que el cliente vaya contigo y no con otro.

Siguiendo con la promoción, es fundamental promocionar tus servicios de manera profesional para lograr un posicionamiento efectivo. Esto implica una comunicación estratégica. Tiene que llevar marketing digital, tradicional y el soporte en relaciones públicas. No se trata de querer ser una estrella, sino que parte del trabajo es llevar relaciones públicas y mantener una estrategia integral.

En cuanto a la plaza, es importante definir dónde estarás presente. Incluso si optas por un servicio a domicilio, necesitas una estrategia para ello. Además, hay más “P” en el marketing actual; una es la de “packaging”, es decir, cómo estás presentado tu producto, que debe ser atractivo; otra es la de “procedures” (procedimientos), donde debes contar con manuales detallados de procesos y políticas para garantizar coherencia y eficiencia, lo que mucha gente no implemente. Por último, tenemos la “P” de “personas”. A pesar de ser médico veterinario, trabajarás estrechamente con personas, ya que son los tutores de las mascotas. La comunicación efectiva y empática con los propietarios es esencial para construir relaciones sólidas y brindar un servicio integral.

Por ejemplo, en mi clínica, estamos implementando el sistema Calgary Cambridge para mejorar la forma en que llevamos a cabo las consultas. Esto incluye cómo nos presentamos y comunicamos con los dueños de las mascotas, o más precisamente, los tutores, para adaptarnos a los cambios en el mercado y las preferencias actuales.

En resumen, estamos en el mercado correcto en el momento correcto. Vemos, por ejemplo, a los jóvenes. Hoy en día, los jóvenes tienden a permanecer en el hogar nuclear durante mucho más tiempo, ya sea por cuestiones económicas u otras razones. Antes, solías independizarte a los 26 o 27 años cuando mucho, pero ahora, las cosas han cambiado. Se ven casos en los que los jóvenes se mudan de casa a los 30 años o incluso después. Durante este tiempo, los perros y gatos ocupan un papel importante en sus vidas. En lugar de tener una pareja, el perro o el gato se convierten en compañeros y ocupan un lugar similar en sus vidas.

Cuando estos jóvenes inician su vida fuera de casa, casi todos dicen: “no hijos, dos carteras” y es común ver que el perro o el gato se convierten en figuras sustitutas de hijos. Muchas veces, cuando llegan a tener hijos, las parejas deciden tener solo uno o cuando mucho dos hijos y es entonces cuando las mascotas se convierten en los hermanos sustitutos.

A medida que estos hijos únicos crecen, se van a la preparatoria y a la universidad, e incluso si siguen viviendo en casa, pasan cada vez menos tiempo ahí y eventualmente se independizan. Entonces viene el “síndrome del nido vacío”, cuando los padres se enfrentan a la partida de sus hijos y experimentan un cambio en su dinámica familiar.

Y al llegar el síndrome del nido vacío, nuevamente vemos la adquisición de perros y gatos como sustitutos de hijos. México es un país que está experimentando un envejecimiento de su población. Si observamos la edad promedio, cada día hay más adultos mayores. Por lo tanto, los perros y gatos se convierten en catalizadores sociales muy importantes y en oyentes incansables de los monólogos humanos. Tienen la habilidad de escuchar la misma historia repetidas veces y siempre estarán contentos. En la relación entre humanos y animales, nuestro enfoque no es reemplazar las relaciones humanas con animales, sino más bien enriquecer las relaciones humanas a través de los animales.

Un ejemplo claro es visitar un parque. Si te sientas y observas, notarás que las personas que llegan con perros tienden a interactuar más con los demás en comparación con aquellas que llegan solas. Los animales funcionan como facilitadores sociales. Hoy en día, el papel del médico veterinario de perros y gatos en la sociedad es realmente significativo. No se puede comprender plenamente esta sociedad o estilo de vida sin considerar la importancia del médico veterinario.

Ya he mencionado la responsabilidad que tenemos en esta área, pero también somos responsables como gremio de la salud pública y de la inspección de productos de origen animal para garantizar que estén libres de bacterias y cumplan con los niveles adecuados de proteína. Somos los responsables de proveer proteína de origen animal a la población y de prevenir muchas enfermedades de transmisión entre animales y humanos, tal como ilustra el ejemplo del COVID-19. La mutación de virus y bacterias es un desafío constante, y en este sentido, los médicos veterinarios deben colaborar estrechamente con los médicos de humanos para evitar pandemias y problemas de salud.

Además de la salud animal y la provisión de proteína de origen animal, desde una perspectiva social, hemos visto una creciente conciencia sobre la importancia de esta área por parte de los políticos. Incluso se planteó la idea de abrir hospitales veterinarios públicos, aunque enfrentaron desafíos similares a los que vemos en los hospitales de humanos. Hemos visto los intentos que se han hecho en la Ciudad de México, por ejemplo, donde se arrancó con un hospital que tenía toda la tecnología y los equipos necesarios, pero cuando hubo cambios en el partido gobernante, todo quedó en ruinas. En el Estado de México se abrió un hospital, con equipos prestados, con un horario reducido, que rápidamente tuvieron problemas. Se convirtieron en programas políticos y no dieron resultados.

Personalmente, considero que el gobierno debería destinar una inversión significativa en la atención veterinaria de perros y gatos para los sectores vulnerables, porque ellos también necesitan la enriquecedora relación humano-animal, la cual hoy en día no es un lujo, sino una necesidad.

Con todo lo que hoy nos ha compartido, vemos que el papel del médico veterinario abarca una amplia gama de responsabilidades y, en este contexto, observamos la diversidad de opciones y caminos que se abren en el ámbito clínico y hospitalario. Estoy segura de que todo lo que nos compartió en esta conversación dará mucho que pensar a nuestros lectores.

Dr. Ávila: Yo creo que sí, y también quiero felicitarlos por esta nueva aventura que están iniciando. Estoy seguro de que les va a ir muy bien. Aquí quiero agradecerle al editor, al doctor Isidro Castro, que me haya invitado a su comité y espero poder ser de utilidad.

Seguramente que sí. Muchas gracias doctor.

*Esta entrevista ha sido editada para destacar los puntos clave y garantizar la claridad, sin modificar el contenido original de las respuestas del entrevistado.

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