Embarazo psicológico o seudogestación en la perra
MVZ MPA Carlos Fernando Esquivel Lacroix
Especialista en reproducción Animal
Resumen
La seudogestación, también conocida como seudopreñez o seudociesis, es una entidad clínica que se presenta en perras no gestantes y se caracteriza por la presentación de signos clínicos sugerentes de gestación, como el desarrollo de las glándulas mamarias, la producción de leche, comportamiento maternal y crecimiento del abdomen. Aunque comúnmente se le llama “embarazo psicológico”, en realidad se trata de un estado fisiológico normal asociado al ciclo estral de la perra y puede durar hasta 100 días.
Por lo general, el fenómeno aparece en perras no gestantes después del periodo de fertilidad, que es la etapa del ciclo estral canino conocida como estro o celo, aproximadamente en la segunda mitad de la fase lútea del ciclo llamada diestro.
El objetivo de este texto es hacer una breve revisión de los aspectos más relevantes de esta condición fisiológica de la perra no gestante, a través de un estudio publicado por Ernesto Guadarrama Mercado, Luis Zarco Quintero, W. Patrick Concannon, Carlos Esquivel Lacroix, y Rosa Páramo Ramírez en 2004.
Palabras clave: seudogestación, clínica, progesterona, prolactina, reproducción
Abstract
Pseudogestation, false pregnancy, pseudopregnancy, technically known as pseudocyesis and mistakenly called psychological pregnancy, is a clinical entity that occurs in non-pregnant bitches characterized by the presentation of clinical signs suggestive of pregnancy such as the development of the mammary glands, milk production , maternal behavior through the adoption of inanimate objects such as stuffed animals, growth of the abdomen, weight gain and burrow or nest development without being pregnant, which is why it is considered a false pregnancy, which is normal in the dog and only some patients show clinical signs (clinical pseudocyesis).
In general, the phenomenon appears in non-pregnant bitches after the fertile period, which is the stage of the canine estrous cycle known as estrus (heat or heat), approximately in the second half of the luteal phase of the cycle called diestrus (stage after pregnancy).
Actually, it is not a problem of psychological origin, it is a normal physiological state associated with the estrous cycle of the bitch and it can last up to 100 days.
The objective of this text is to make a brief review of the most relevant aspects of this physiological condition of the non-pregnant bitch.
Keywords: dogs, pseudopregnancy, clinic, progesterone, prolactin, reproduction
Introducción
El diestro del ciclo estral de la perra tiene una duración de 63 días si la hembra quedó gestante y de 100 días si no lo está, lo que implica un prolongado periodo de estimulación progestacional, por lo cual es posible la aparición de la entidad conocida técnicamente como seudogestación clínica, común y equivocadamente llamada embarazo psicológico.1,2
En la perra no gestante, la seudogestación clínica se manifiesta durante la segunda mitad del diestro y cuando se presenta al menos un signo clínico sugerente de gestación, como la secreción de leche.3,4 Esta condición es estimulada por la progesterona (P4) y la prolactina (PRL), las cuales tienen una relación inversa, es decir, a mayor P4 menor PRL y viceversa, sin que todavía se tenga total claridad sobre el papel que juegan en esta situación endocrinológica.
El ciclo estral de la perra es diferente al de otras especies, por ejemplo, tiene una mayor duración, con gran variación en cada ejemplar. El ciclo comienza en la etapa de proestro y no en el estro, como sucede en la vaca y otras hembras, y se compone de proestro, estro, diestro y anestro, además de presentar eventos endócrinos específicos de la especie canina, como inicio de la secreción de progesterona al final del proestro y no en la etapa de metaestro del ciclo de otras especies debida a la luteinización folicular temprana descubierta por Theodor Ludwig Wilhelm von Bischoff en 1845, disminución de estrógenos y aumento de progesterona para que la perra acepte la cópula (receptividad sexual) y eventos ováricos como la ovulación en un estadío de inmadurez del óvulo (ovocito primario).4-7,9 Es importante recalcar quela elevación de las concentraciones séricas de P4 se debe a que los folículos se comienzan a luteinizar previamente a la ovulación, condición característica de los cánidos, ya que el pico preovulatorio de la hormona luteinizante (LH), aparece entre 24 y 72 horas antes de la ovulación,10 dando como resultado que la P4 se eleve rápidamente incluso antes de que exista un cuerpo lúteo en función plena y permanezca por mucho tiempo incluso sin existir gestación.11-13
La fase lútea del ciclo reproductivo de la perra se conoce como diestro y se caracteriza, como ya se comentó, por concentraciones elevadas de P4. Su duración en la perra no gestante es mayor que la de una hembra gestante,4,8,11 siendo la única especie doméstica en la que se presenta esta situación.
La seudogestación en la perra hasta hace algún tiempo se consideraba como una condición patológica porque de las hembras domésticas, solamente en la perra se observaban signos clínicos físicos y conductuales sugerentes de gestación sin la presencia de esta. No es una condición patológica, es una entidad asociada con la actividad hormonal de la perra durante su ciclo estral; sin embargo, es necesario aclarar que desde el punto de vista endocrino, todas las hembras caninas que se encuentran en diestro se consideran seudogestantes, ya que los niveles séricos de P4 son mayores a 1 ng/mL de suero, lo que es un indicador internacionalmente validado y científicamente probado derivado de la presencia de un cuerpo lúteo funcional. Por lo tanto, es necesario identificar a las pacientes que solo están en diestro no gestantes (seudogestantes sin signos clínicos) versus aquellas que están en diestro, pero además presentan seudogestación clínica (signos clínicos de gestación sin estar gestantes).4
El hecho de que haya o no ocurrido la cópula o se haya realizado inseminación artificial no es garantía de que la hembra quede gestante y luego entonces es factible que haya seudogestación.3,16,18
La signos clínicos que tradicionalmente presentan las pacientes con seudogestación clínica pueden variar en intensidad entre perras pero, por lo general, incluyen comportamiento diferente, nerviosismo, reclusión en áreas cerradas, actitud de nidación, desarrollo uterino, alteración en el consumo de alimento, signos clínicos de parto como contracciones, agrandamiento del abdomen, adopción de objetos inanimados como si fueran sus cachorros, desarrollo de las glándulas mamarias y secreción láctea. Estos signos por lo general se presentan en forma secuencial, como si se tratara de una gestación real.1,4,17-19 Por lo anterior, se realizó un estudio para conocer más la actividad endocrina de las pacientes con seudogestación o seudogestación clínica.
Objetivo
El objetivo del estudio fue el determinar los niveles séricos de P4 y PRL en perras con seudogestación clínica para compararlos con los niveles de perras lactantes no gestantes en diestro (seudogestantes) y en anestro para encontrar si existe relación entre los signos clínicos con estos niveles hormonales.
Hipótesis
La seudogestación clínica se debe a un descenso abrupto en las concentraciones de progesterona y a un incremento en las de prolactina. La intensidad de los signos clínicos está relacionada con los niveles séricos de dichas hormonas.
Material y métodos
Se utilizaron 15 perras con seudogestación clínica, 15 perras lactantes, 15 perras no gestantes en fase de diestro (segunda mitad de la fase) y 15 perras en fase de anestro (n = 60 animales).
Los casos clínicos de perras con seudogestación clínica fueron referidos por médicos veterinarios de la Ciudad de México al Departamento de Reproducción de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los animales eran de diferentes razas y podían o no haber sido servidas durante su último estro.
Para ser incluidos en el estudio, los animales con seudogestación clínica no debían haber recibido tratamiento farmacológico por esta condición y durante la fase de diestro debieron haber mostrado al menos un signo clínico de gestación de los comentados con anterioridad en este texto.
La obtención de la primera muestra de sangre se realizó a los 45 días de finalizada la etapa de estro del ciclo y se repitieron 15 y 30 días después de la primera toma. Se obtuvieron para cada muestra 5 mL de sangre mediante la punción estéril de la vena cefálica. La sangre obtenida se centrifugó inmediatamente después de su obtención a 3,500 rpm durante 10 minutos para la separación del suero, el cual se conservó en congelación hasta su análisis.
Las muestras de suero congelado de cada paciente de los cuatro grupos se sometieron al procedimiento de radioinmunoanálisis en el Departamento de Fisiología Veterinaria de la Universidad de Cornell en New York, EUA para determinar las concentraciones séricas de progesterona y prolactina mediante los procedimientos descritos por algunos investigadores.10,29
El análisis estadístico de cada grupo y la comparación entre los grupos en estudio utilizó la prueba t de Student y el análisis de varianza con el método de mediciones repetidas, respectivamente.
El diseño de los grupos permitió hacer varias comparaciones de interés; sin embargo, debe de aclararse que al realizar un determinado muestreo (primero, segundo, tercero), los distintos grupos no se encontraban necesariamente en la misma etapa con relación al final del estro.
Resultados
En el grupo de hembras con seudogestación clínica, 8 de 15 no recibieron cópula o inseminación artificial (53.33%), las 7 restantes (46.66%) recibieron al menos una. En estas perras (8/15), las concentraciones de ambas hormonas se mantuvieron bajas durante el estudio, pero las 7 restantes (7/15) mostraron concentraciones elevadas de prolactina en uno o más muestreos.
El grupo de hembras no gestantes en diestro mostró concentraciones elevadas de P4 en (5.9 ± 1.9 ng/ml) en el día 45 posestro, reduciéndose significativamente a 1.03 ± 0.1 ng/mL en el día 60 y cayendo a niveles basales en el día 75.
Al comparar el grupo de perras seudogestantes clínicas con el grupo de perras no gestantes en diestro, los niveles de progesterona fueron mucho menores a los de las perras no gestantes en diestro en el día 45 mediante la prueba t-Student y en el día 60 mediante el análisis de varianza con el método de mediciones repetidas, siendo diferencias significativas (p < 0.05) entre los dos grupos. En el día 60, las concentraciones de progesterona de las perras lactantes fueron similares a los de las seudogestantes clínicas y menores a los de las normales en diestro, mientras que en el día 75 las concentraciones de los tres grupos fueron similares (basales).
Las concentraciones promedio de prolactina fueron mayores en el grupo de seudogestantes clínicas que en las del grupo no gestante en diestro, siendo diferencias estadísticamente significativas (p = 0.05) tanto en el día 45 como en el día 60.
Como era de esperarse, las concentraciones de PRL fueron más elevadas en las hembras lactantes comparadas con cualquier otro grupo (p < 0.01). En las hembras en anestro, las concentraciones de P4 y PRL siempre fueron basales.
Conclusión
Después del análisis de los resultados del estudio comentado, se puede concluir que las perras del grupo con seudogestación clínica tuvieron niveles séricos de prolactina más elevados (p < 0.05) y niveles de progesterona más bajos que los de las perras no gestantes en diestro. Las bajas concentraciones de progesterona son una característica común de todas las perras seudogestantes, pero, por otro lado, las concentraciones elevadas de prolactina solamente se presentaron en aquellas perras con seudogestación clínica.
Dado que los signos clínicos presentes en la seudogestación clínica son consecuencia de la acción de la prolactina, es probable que en pacientes que tienen manifestaciones leves del fenómeno y concentraciones bajas de P4 se desarrolle una mayor sensibilidad a las concentraciones de prolactina circulante durante el diestro. En otras palabras, para la presentación del síndrome completo no solo es necesaria la elevada sensibilidad a la PRL provocada por la baja secreción de P4, sino también a una elevación real y sustancial en las concentraciones de esta hormona.
Los niveles de progesterona y prolactina en perras seudogestantes clínicas son diferentes a los de las hembras lactantes y a los de las pacientes no gestantes en diestro, de tal manera que nuevamente se puede decir que la seudogestación clínica se presenta por un descenso en los niveles de P4 y un incremento gradual en los de PRL, pero también por la sensibilidad de algunos ejemplares al efecto de la prolactina, lo cual favorece la presentación de esta entidad. Los signos clínicos que desarrolla cada hembra seudogestante están relacionados con el nivel sérico hormonal que presentan, es decir, mientras más elevados son los niveles de PRL, hay una mayor cantidad de signos clínicos y de mayor intensidad. La causa que desencadena la seudogestación clínica en las perras en términos de tratar de explicar por qué hay mayor sensibilidad a las hormonas o mayor producción de estas sigue siendo un enigma que todavía debe esclarecerse.
Hay que señalar que esta condición no depende de la cópula o de la inseminación artificial; sin embargo, es posible pensar que aquellas pacientes que la presentaron pudieron tener alguna falla en la concepción o incluso quedaron gestantes y tuvieron pérdida o reabsorción embrionaria y por ello, los signos clínicos aparecen como respuesta a los eventos fisiológicos de la gestación.30-32
El pensar en la muerte embrionaria o en reabsorción de los productos es posible con el concomitante desarrollo de una seudogestación. La muerte embrionaria se puede dar por diversos factores.28
Finalmente, para explicar este fenómeno en las hembras que presentan la seudogestación clínica sin que exista inseminación natural o artificial, la causa posible de la manifestación se basa en la información genética que posee cada animal (nivel jerárquico dentro de una manada). Se ha postulado que este estado en algunas hembras caninas se desarrolla para ayudar a la supervivencia de la especie, así, las hembras seudogestantes pueden criar cachorros de la hembra dominante en jerarquía dentro de la manada o de otras hembras que han muerto durante el parto o se les ha dado muerte.34
Actualmente la teoría psicobiológica del apego al ser humano indica que en algunas perras que desarrollan una seudogestación clínica, esta puede estar asociada con una conducta psicosomática posiblemente favorecida por el trato dado al animal en casa por los seres humanos (hiperapego).
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